Thursday, October 22, 2015

La Fugazzeta Rellena de la Muerte - Es Fácil, de Todo un Kilo

Una de las grandes debilidades de la era actual en torno a la pizzas es la Fugazzeta rellena, si bien hasta el momento la que hacen en el Cuartito no presenta rival a mi entender, ya veníamos haciendo un par de intentos para hacerle sombra lo más posible.

Este era el intento número tres desde que nos pusimos la meta de hacer la fugazzeta rellena perfecta adaptado a nuestro paladar. Puesto en otros términos, esto significaba lo más bomba posible.

Si bien, la decisión de hacer la fugazzeta fue anterior,  esta historia, como la mayoría del Jardín, comienza en el supermercado.  La razón es simple, aquí fue donde se debatió el fino balance de las proporciones que llevaron el nivel de la pizza a ser épica.  

La parte de la masa ya medio que la teníamos clara, el tema pasaba por el tiempo de horno y temperatura, las proporciones de ingredientes de las masa checked. Lo que no nos dejaba del todo satisfechos eran las proporciones de queso y cebolla. Mientras cargábamos los tubos marrones de la cerveza verde dentro del chango (No vale la pena mencionar el número exacto ya que es anecdótico), tomamos la decisión de mantener el número de la proporción simple: DE TODO UN KILO. Como?????

Si, un kilo de harina, un kilo de queso (más específicamente 800gr de Mantecoso 200gr de Sardo) y un kilo de Cebolla. Si bien con el kilo de harina sale más masa que para la fugazzeta, es costumbre hacer un kilo y la masa que sobre se hace pan.

Ya en la cocina, comenzó el ritual de la masa, las 500 cucharadas de 1cm3 de agua tibia a menos de 40 grados recibieron la levadura desgranada que se disolvió y fermentó con la cucharadita de azúcar que ayuda. Corona de harina, tres cucharadas de sal, manteca y a verter el agua y comenzar con la masa. La sobamos lo suficiente para que quede bien lisa, de manera que una vez cocida este bien esponjosa. Ahora a copetear mientras duplica su volumen.

Entretando se levantaba la masa y tomábamos uno (ponele) de los tubos, a las cebollas cortadas en plumas las apagamos con agua caliente (si cuando leíste apagar pensaste en un interruptor, tu nivel gourmet esta debajo del Super Saiyajin). Esto va en contra de la premisa de “lo más bomba posible” ya que lo apropiado hubiera sido, como siempre nos recrimina nuestra amiga Sally, saltearlas en manteca. Pero bueno, la costumbre siempre ha sido la de apagado por lo cuál esta vez si se respetó la tradición pizzense.

Ya con la masa leudada, pasamos cortar 2 porciones de masa, la que iba a parar la parte de abajo, un poco más generosa ya que usamos parte para el repulgue. Que, es como un calzón? NO!!! pero igual sale repulgueSobre la parte inferior de la masa que estaba en la mesada, fueron a parar los 800gr de queso cremoso, y 300 gr aproximademente de la cebolla., la tapamos cual tarta con una masa super fina, hicimos el repulgue y con mucho cuidado la pasamos a una bandeja para que levante unos 20 minutos más. Puff que calor que hace con el horno prendido, sale otro trago.

Antes de ir al horno, marche el resto de la cebolla encima, el queso sardo rallado, oliva, sal y pimienta. A esta altura, la baba que caía eran las mismísimas cataratas del Iguazú.

La clave que detectamos fue que para que no se seque la masa le teníamos que poner el horno a temperatura media y darle un poco más de tiempo en el horno. El tiempo medido fue según el cronometro atómico de muñeca, unos 30/35 minutos.

Ya era hora de comer, no se podía esperar ni un segundo más. Sacamos la Fugazzeta, un poco más de oliva encima el agregado del orégano y Ají; y nada más… a pasar por las manos de la cuchilla. Al crujido de corte lo precedió el éxodo de queso del interior, cual lava… Mesa, vaso hasta el copete y HOLA BEBE!!!.

Ingredientes de la Receta


Harina 0000 - 1 kg.
Levadura - 25gr
Agua - 500 cm3
Sal - 3 cucharadas
Cebolla - 1 Kg
Queso Cremoso - 800 gr
Queso Sardo - 200 gr
Pimienta - a gusto
Aji Triturado - a gusto
Aceite de Oliva - a gusto

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